La segunda revolución gastronómica

La segunda revolución titula el diario El País a una tan extensa como interesante nota sobre la mas alta gastronomía y las principales armas españolas en la materia. Su principal bastión, Ferran Adrià. Un tipo distinto a quién el mismo diario compara con El Che Guevara, Mick Jagger y John Galliano.

Un tipo que, como pocos, puede darse el lujo de decir que lo ha conseguido todo o tal él lo expresa:

A veces los miro y me doy cuenta de que en este formato lo he conseguido todo. Ahora quiero hacerlo por placer. He trabajado 25 años para crear un modelo económico que sujetara esto. Ya lo tengo. Y en cuanto a satisfacer mi ego, mi deseo eran las tres estrellas Michelin, y las conseguimos en 1997. Y cuando en abril de 2004 la revista Time me declaró una de las 100 personas más influyentes del mundo; y cuando me llaman de Harvard para colaborar con ellos y me hacen doctor honoris causa, a mí que nunca pisé una facultad, tengo más reconocimientos de los que soñé. No quiero premios ni competiciones. Ya no necesito pasar cada día un concurso; lo que me gusta es crear.

El grado de influencia de Adrià es por demás sencillo de comprobar. Basta una pequeña «una confusión dialéctica» de sus dichos para alzarse con las primeras tapas de diarios como el The New York Times, Le Monde y Financial Times, sino recordemos el revuelo que se armó el pasado Enero luego de sus declaraciones en el Madrid Fusión cuando anunció que El Bulli cerraría sus puertas.

Gaspar Rey, editor de la revista Cocina Futuro, explica esta revolución con claridad, “En España ha faltado estrategia, agresividad, tenacidad, constancia y una política clara. Nos hemos dado cuenta demasiado tarde de que hay que vender calidad y no paella y sangría”.

En este escenario fue Ferran Adrià el encargado de dar el primer paso a crear en lugar de interpretar, a formar en lugar de competir y, por sobre todo, a poner en jaque el liderazgo de la Nouvelle cuisine francesa creando lo que El País llama La segunda revolución.