Un chocolate caliente a 4000 M.S.N.M.

Por: Irene Elvira David

Soy de Formosa, una provincia de llanura, por lo que visitar Mendoza fue maravilloso y me hizo sentir adrenalina pura al ascender los sinuosos caminos hacia el Cristo Redentor en el limite con Chile.

Por la mañana el maravilloso paisaje soleado nos permitió a lo lejos, y desde la combi,  divisar un cóndor. Al mediodía, oscuros nubarrones nos inquietaron. El paisaje había cambiado pero no fue menos bello ver esa mole andina sin sol.

Al descender del vehículo, un fuerte viento nos produjo mareos y taquicardia, tomamos pocas fotos y arremetimos al Bar-Refugio. Allí, su dueño con claro conocimiento del malestar-miedo que produce ese lugar nos esperaba con lo necesario para calmarnos, un chocolate suave calentito con una medida de una bebida de papaya macerada con miel y canela. Algo sabroso y muy efectivo que obra como sedante de la taquicardia-miedo que produce esa altura. Además, ofrecía sopaipilla (especie de torta frita) y en un rincón a modo de «microondas» había una parrilita para quién lo quisiera calentito.

Un chocolate caliente a 4000 M.S.N.M.

Fuimos 4 ó 5 combis. La totalidad de los turistas nos retiramos en perfectas condiciones y felices de haber disfrutado esa belleza natural de nuestro país.

Trate de comprar esa bebida de papaya pero no la tenian para la venta, por lo que si algún mendocino o chileno puede tener la deferencia de informarme sobre ella, sería buenísimo...

 

Irene Elvira David, mi mamá, es una viajera empedernida y fiel admiradora de nuestro país. Ahora entenderán a quién salí así de vago y curioso.

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Dato de color: la vasija en la que le sirvieron el chocolate en el refugio está oficiando de mate en este mismo momento, mientras posteo esto.