Lago di Garda es un restaurante al que llegué trás recomendaciones vía Twitter. Está vez el no ser oriundo de Córdoba me dejó afuera de esta pieza histórica de la gastronomía local. Todos los que me recomendaron visitar Lado di Garda Ristorante comentaron anécdotas de padres, abuelos y demás familiares.
Resulta que Lago di Garda Ristorante cuenta con más de 50 años en la escena cordobesa y sigue vigente a la hora de elegir pastas en la ciudad. El restaurante es correcto desde lo edilicio, no presenta lujos pero tampoco es un bodegón, es un comedor bastante digno y a módico precio.
Llegué un sábado de mucho frío al local de calle Lima 278, el lugar estaba calefaccionado creando un clima agradable. La luz es cálida y los mozos me atendieron con muy buena onda y a una velocidad que es asombrosa. Basta con acomodarse en la silla para que llegue a ofrecer la carta, bebidas y apenas unos minutos después de elegir el plato ya se encuentra humeante en la mesa.
Pedí Sorrentinos de ricotta y nuez con salsa Sette aromi (pesto) ($101) y un vino de la casa que si mal no recuerdo era un Estancia Mendoza y a un costo de unos $55 o algo así, no retuve el precio pero recuerdo que era muy barato.
Tal lo anticipé, pese a estar casi lleno el local el plato llega a la mesa de Lago di Garda Ristorante a una velocidad asombrosa y con un producto muy bien logrado. Terminadas las pastas la moza volvió a la mesa para ofrecer algún postre o café así que pedí un Tiramisú para probar como lo hacen allí. El postre también llegó en tiempo récord y fue de calidad aceptable.
Lago di Garda Ristorante no acepta pagos con tarjetas lo aclara en la carta al tiempo que aclara que ya no presta los beneficios de Club La voz y que en caso de necesitar factura A se debe completar un formulario. No visité los sanitarios por lo que no puedo emitir juicio al respecto. De todas formas, me pareció un buen lugar para comer algo bueno, bonito y barato… ah, y rápido.