Seguimos recorriendo la calle. Visitando restaurantes. Conociendo gente.

Esta vez en el marco de l 3º Tour Gastronómico, que llevamos adelante junto a la gente de Circuito Gastronómico y la infaltable presencia de Córdoba en Sabores, salimos a caminar las calles de Alta Córdoba/Cofico.

El puntapié inical lo dimos en La Casa del Tatich, un resto de cocina mexicana ubicado en la calle Fragueiro 1562. Allí, Juan nos recibió con una mesa que atravesaba de largo el restaurante y lo dejaba dispuesto a nuestra entera disposición, luz tenue y sin mayores protocoles dio paso a la acción.

Entrada: Nachos con porotos negros y parmesano; sopes de masa de maíz con salsa de tomate, frijoles negros y carne de res desmechada…

…y Salbutes con frijoles negros, lechuga, pollo desmechado, cebolla morada y palta.

Luego de un contundente primer paso y un tanto comprometidos con el horario partimos raudamente rumbo a donde sería nuestra segunda parada:


El Celta es un restaurante marisquería del cual ya les hablé en alguna oportunidad. Aquí nos recibieron con una deliciosa cazuela de mariscos, un vino blanco que acompañaba correctamente el menú y muy buena onda. Los mozos, el responsable del lugar y hasta el cheff se acercaron a saludar, mimetizandose con los de la mesa que nos moviamos de un lado a otro, tomabamos fotografías y hasta jugabamos con un pimentero gigante.

Pasada la cazuela llegó la gran vedette de la noche, la paella. La pealla se presentó directamente en el caldero y nuevamente comenzó el show de fotos, chistes y charlas.

A esta altura de la noche, luego de una brutal panzada y realmente ajustados por el reloj, volvimos a tomar la calle para caminar desde El Celta en Jerónimo Luis de Cabrera 269 hasta la ultima posta del Tour: Sabores del Perú en Jerónimo Luis de Cabrera 1041.

Sabores del Perú es un restaurantes de cocina típica del cual también algo les comentaba hace algunos meses. Allí, Juan
Valverde y equipo nos esperaban para el último paso de la noche.

De postre nos sirvieron Picarones, compuesto de dos anillos de harina de trigo mezclada con zapallo. Se podría definir como algo muy similar a un buñuelo, pero en forma de anillo. El postre se sirve tibio y con una bocha de helado arriba que genera un contraste realmente interesant, una cereza adornando y pintado con una suerte de miel o caramelo (aunque no sea estrictamente esto).

Brindamos con Pisco Sour y cerramos una nueva experiencia gastronómica grupal exitosa. Taza-taza, cada uno a su casa.

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