Festival Mionca es el primer evento gastronómico que tiene como centro de atención a food truck en la provincia de Córdoba, tuvo lugar en la ciudad de Alta Grac y se llevó adelante con todo éxito.
El sábado 23 de enero el calor asfixiaba a Córdoba por lo que daba aún mas ganas de agarrar el auto y dejar la ciudad. Y que mejor que agarrar la ruta persiguiendo los rastros de un festival gastronómico que se estaba gestando en las sierras. Así fue que cerca de las 20hs. ya estaba apostado en Alta Gracia para ver de que se trataba el Festival Mionca.
Unos quince carros de expendio de comidas y bebidas se apostaron en el parque del Sierras Hotel rodeando una enorme carpa que albergaba mesas y sillas donde poder descansar y probar los platos. Un escenario a un costado presentaba algo, no se muy bien que porque no me acerqué pero entiendo que alguien cantó blues, jazz o algo de eso y luego no se muy bien qué. Más allá unos baños químicos y algunos cestos de basura. Para el otro lado, mucho parque verde donde tirarse a descansar entre bocadillo y bocadillo. Allí estuve, en el parque descansando entre bocados.
Como es costumbre en este tipo de eventos, quiénes van temprano pueden conversar con quienes trabajan en los carros, es posible comprar y probar sin apuro ni demoras. En contraposición, al cierre de la jornada los carros van comenzando a mostrar desabastecimiento, las esperas se hacen prologandas y en algunos casos se convierte en algo tedioso. Es por eso que la recomendación siempre es la misma, ir temprano a probar la comida y luego tirarse a descansar en el césped.
En mi visita probé burritos con salsa guacamole y queso ácido (agrio o algo así, no recuerdo) de Chinga tu madre ($80), empanada de matambre cortada a cuchillo ($20) y bondiolita con hongos silvestres ($80) de Raiz Restaurante y Chapatis ($80) de El Singular. Muy buenos todos, principalmente Chapatis que no llegué a preguntar que era como incitaba el cartel y la bondiolita. Además, en el predio estaban las hamburguesas de Black Pan de la que ya hablé en otro momento y otros jugos y rarezas que me han contado que estuvieron muy bien también. También puede comprarse cerveza artesanal, cockteles de un bar reconocido de barrio Güemes y otras cositas que terminan redondeando una muy buena propuesta gastronómica.
La entrada al predio es gratuita y quién quiera controlar los costos puede llevar su propia bebida, mate o tereré tal como hice yo.