El Té: ¿Ceremonia estricta, glamour elitista o placer cotidiano?

Por: Duilio Di Bella

Algunas verdades que mucha gente sabe:

Después del agua el té es la bebida más tomada en todo el planeta.

Entre los japoneses servirlo es una ceremonia medida estrictamente en tiempos y movimientos, cuyo simbolismos son inalcanzables para nuestra mente y a ellos los coloca al borde de la paz definitiva del Tao.

Los ingleses lo toman desde hace siglos, negro, con una nube de leche y siempre a las five o ´clock, con tortas de chocolate, sándwich salados y tentempiés variados.

Los rusos se acostumbraron a tomarlo ahumado, recalentado y alrededor del Samovar que templa sus duros inviernos.

En la India se vende en la calle, cargado, lechoso, en vaso, tibio y oculto tras miles de especies.

Y en Argentina es lo que te daba tu mamá cuando estabas enfermo y si era gripe.. con limón y miel.

Diversas fantasías que mucha gente imagina:

El té es un producto que exige conocimiento, paladar entrenado, narices absolutas y si le agregás azúcar vas al infierno.

Para prepararlo necesitas un arsenal de accesorios que van desde la tetera hasta el termómetro para asegurarte que el agua esté a la temperatura justa ni un grado más ni un gado menos.

El té no es de machos sino de señoras aburridas, cargadas de perlas, que juegan al Bridge mientras sus esposo juegan al golf o las engañas con sus jóvenes secretarias.

El té en saquitos es té.

Profundas dudas que la gente tiene:

El agua para prepararlo debe ser hervida? Cuantas cucharadas hay que pone por tasa? Cuanto debe durar la infusión? Es bueno para la salud? El verde es más sano que el negro? El blanco te acerca a Buda? El rojo te hace adelgazar mágicamente? La peperina es té?

Tras casi dos años de estar detrás del mostrador de Mil Grullas y una taza de Té hemos recopilado miles de extrañas preguntas, contundentes e indiscutibles afirmaciones, ansiosas aspiraciones, humildes apreciaciones, enormes gratificaciones y delirantes conversaciones que abrieron nuevos mundos de percepciones a propios y ajenos.

El Té no es mágico, pero logra rodearse de magia… Y no olvidemos que la magia no es fantasía ni ilusión.

La magia de estar viajando por el mundo solo con leer lo que compone un blend que mezcla ingredientes de lugares tan extraños como un té del Himalaya, la vainilla de Madagascar, las flores azules de Polonia, las salvajes bayas de la Patagonia, las dulces manzanas del Mar del Norte y el exquisito cacao de Venezuela.

La magia transportadora de los aromas que despiertas memoria de nuestro inconsciente colectivo y las texturas y colores que recuerdan a un cuadro impresionista.

Y principalmente la magia de un sabor delicado que no agrede, que reconforta, que se comparte.

No hay una única forma de tomar el té, como no hay dos personas que vean y vivan el mundo de maneras iguales.

El mundo no existe, tu percepción y tu deseo son el que los construyen, por lo tanto la forma correcta de tomar té, es solo un recurso para alimentar el ego de quien detenta el conocimiento.

Por eso siempre hemos creído que “ Las únicas reglas del placer son las que marca nuestro deseo!” tal como expresa cada una de nuestras latas. Y a vos, como te gusta tomarlo? O mejor: que placer mueve tu deseo? Si no lo sabes, trata de descubrirlo…con o sin té 😉

 

Duilio Di Bella Publicista, dueño de Mil Grullas y una taza de té. Amante de la buena vida. Escritor por amor, viajero por placer y feliz padre y esposo.