Luego de ver varios Check-in de gente amiga en Cientovolando y habiendo leído elogios y quejas por partes iguales, decidí que era momento de ir hasta Rondeau 520 para ver de que se trataba.

Al llegar al lugar, la primera impresión fue de un lugar para «ir a tomar algo» y sin grandes aspiraciones en lo gastronómico. Es el típico resto-bar de calle Rondeau solo que no está ubicado en el epicentro del kilombo sino a unas pocas cuadras, en un lugar mucho más tranquilo.

Contrariamente a las recomendaciones de Rodrigo, no probé las pizzas del lugar sino la Tabla Cientovolando [$130].

Según expresaba la carta sobre la Picada en Cientovolando, la tabla en cuestión debía estar compuesta de:

  • Nachos con salsa,
  • Mix de fiambres y quesos,
  • Mini brochettes de lomo,
  • Rabas,
  • Cazuela de cerdo con ananá,
  • Mini albóndigas en salsa roja,
  • Cazuela de pollo,
  • Papas fritas.

La presentación se divide en una entrada de fríos la cual estuvo muy bien y en la que los nachos brillaron por su ausecia…

Picada en Cientovolando

… más una parte de calientes que también estuvo aceptable.

Picada en Cientovolando

Ya que estaba allí y como quién no quiere la cosa, agregue al pedido una cazuela de mariscos que, pese a que su presentación se esmere en disimularlo, también estuvo aceptable. Para tomar pedí una cerveza que me gusta mucho, Schneider Negra.

Volviendo a las impresiones que genera el lugar, me parece que está bien aunque deberían trabajar más las presentaciones y formas. Los precios es líneas generales están acordes a la zona.

Lo veo como una buena opción para tomar algo a la tarde aprovechando el paisaje que brinda Nueva Córdoba y quizás hasta para picar algo. No es un restaurante de alta cocina pero para matar las horas un día que no tenía demasiados compromisos no estuvo mal.