Aprovechando la tranquilidad de los días que el mes de enero suele presentarnos fui a tachar una de las líneas de mi lista de pendientes: La Perla Restaurant.

La Perla es un restaurante insignia de la cuidad de Córdoba, con más de 50 años de trayectoria y en franca expasión. Hace pocos meses inauguró un local en la calle Estrada de Bº Nueva Córdoba y ya planea el desembarco en la Recta Martinoli de la zona norte de la ciudad y Carlos Paz.

Pese a vivir a apenas unas cuadras de la nueva sucursal, para ser mi primera vez y luego de numerosas recomendaciones de algunos fundamentalistas de sus milanesas, la cita debía ser en la casa central en Av. Olmos apenas unos 30 metros antes de Av. Maipú.
Allá fuí y pedí, como no podía ser de otra manera, una Milanesa completa, con huevos fritos y papas según lo describía la carta por solo $34.

La gloria. Tal y como me lo habían recomendado, la milanesa es exquisita. Nada de carnes con venas, ni segundas cocciones ya que es una carne tierna y muy sabrosa. Dos huevos que parecen de hincha de fútbol de equipo del ascenso y una generosa porciones de papas fritas.

El tamaño. La porción de milanesa es tranquilamente para dos personas normales, no así para mi que comí hasta sentirme morir pero no iba a claudicar en mi lucha ante un plato de comida. Para tomar dimensión de lo que hablo los invito a mirar mi teléfono en el extremo superior derecho y a calcular a ojímetro las proporciones de la milanesa.

La Buena. Si uno no alcanza a terminar las abundantes porciones que ostentan, solo es necesario avisar al mozo de turno y ellos gentilmente se la envuelven para llevar a casa. Este me parece un dato relevante para sumar a la lista que armó Dayana Barrionuevo de restaurantes que envuelven la comida que sobró para llevar a casa.

Sugerencia. Lo único que se me ocurrió para sugerir es que agreguen sillas reclinables para poder dormir una siesta luego de semejante osadía.

Vayan, prueben y después me cuentan.