Días atrás durante una recorrida que hice por el noroeste argentino visité las ciudad de San Miguel de Tucumán, Salta, San Salsador de Jujuy, Purmamarca, Tilcara, Humahuaca y Maimará. Como hago cada vez que viajo a conocer lugares aproveché para probar lo que comen los lugareños, en sus establecimientos gastronómicos tanto como en la calle. En este viaje además de comer en restaurantes gourmet como Ma Cuisine en Salta me hice de un tiempo para probar humita, locro, tamales, lo más resonante fue comer llama en Jujuy.
Para quién no conozca la zona, la carne de llama es moneda corriente en los comedores de Purmamarca y pueblos aledaños. Recorriendo un poco pude comer llama en cazuela, en milanesa e incluso bife de lomo con guarniciones. La de carne de llama es una carne roja, una tanto más dura que la de vaca pero no lo suficiente como lo anticiparon algunas de las personas que me recomendaron probarla, una carne rústica.
El precio de los platos en la zona oscila en torno a los $80 y según pude hablar con un carnicero de Humahuaca él no la vendía pero me indicó donde podía comprarla a unos $100 el kilogramo, precios más que razonables si uno los compara con los de otras ciudades como Córdoba por ejemplo.
Comer llama se convierte en una buena opción cuando uno visita el noroeste argentino por su sabor, por lo folclórico y porque como nos enseño Martín Fierro «Todo bicho que camina… va a para al asador».