Quizás algunos ya lo sepan y otros probablemente no, lo cierto es que acabo de regresar de un viaje por Europa. Fue un viaje de varios días, algunos miles de kilómetros y, por supuesto, grandes expectativas e interrogantes. Uno de los interrogantes, quizás el más simple de todos, fue ¿que comería durante las tantas horas de vuelo?

Sabiendo de ante mano que las revelaciones gastronómicas del viaje no vendrían de la mano de los comisarios de abordo, decidí tomar fotografías de cada bocadillo que me sirvieron para contarlo en el blog. Vayamos por parte:

Córdoba-Buenos Airtes por LAN

Fue sencillo pero interesante. Corrían las 6 y algo de la mañana de un lunes por lo que desayunar con jugo de naranjas y alfajores Havanna no era una mala idea.

Comer en vuelo

Buenos Aires-Londres por British Airways

Luego de realizar el cambio de aeropuerto entre Aeroparque y Ezeiza y tras una larga espera, finalmente ya estaba en camino al viejo continente.

El vuelo con destino a Londres fue sin lugar a dudas el más cargadito en materia de bocadillos. Lo primero fue el almuerzo compuesto por una picada, unos fideos con queso y naturalmente el postre. Además, la gente de abordo no escatimó en bebidas.

Comer en vuelo

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Algunas horas después, llegó lo que sería el desayuno y a continuar con el viaje.

Comer en vuelo

Londres-Amsterdam por British Airways

Este quizás fue el vuelo más lindo, comodo y confortable. El salió puntual como siempre, el avión era chiquito pero nuevo y muy cómodo. Los comisarios de abordo ofrecieron varias opciones para el desayuno pero solo opté por un sandwich con jugo de naranja, el destino estaba cerca y en caso de quedarme con hambre lo saciaría en los Países Bajos.

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Amsterdam-París por Thalys

El único traslado por tierra lo hice en un tren de alta velocidad, una especie de avión sin alas. Mi pasaje decía segunda clase por lo que no tenía incluído los servicios de comida ni WiFi sino que debía abonarlos aparte con tarjeta de crédito.

Dado el cansancio que acumulaba y el abundante desayuno en el hotel decidí comprar solo un agua para hidratarme y dormir hasta llegar a destino donde me esperaban días de interminables caminatas.

Comer en vuelo

comer-en-vuelo_0009Comer en vuelo

Paris-Madrid por Iberia

Finalizados mis días en la hermosa ciudad de París, una reserva de hostel esperaba por mi en Madrid así que hacia allá debía ir. Otro aeropuerto me esperaba.

De este vuelo no recuerdo casi nada. Solo se que subí al avión, me abroché el cinturón de seguridad y que al aterrizar me avizaron que debía descender. Luego me comentaron que no sirvieron almuerzo y solo ofrecieron vender unos sandwichs o algo así, da igual.

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Madrid-Santiago de Chile por Iberia

Nuevamente Iberia entre lo más pobre del viaje en materia de meriendas. Esta vez también se podía elegir y entre Albondigas y Lasagna me incliné por la última. Previa entrada de hojas verdes, probé la lasagna que realmente no tenía sabor alguno. Por supuesto comí todo y me tiré a dormir hasta que me avisaron que estaba el desayuno a disposición.

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Ya sobrevolando mi país y con destino a la última escala del viaje sirvieron el desayuno: café (o té) con un sandwich y tortita, más jugo de naranja y yogurth.

 

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Santiago de Chile-Córdoba por LAN

Ahora si camino a casa, la gente de LAN volvió a servir desayuno pero solo pedí jugo de naranja y una cajita con alfajor, brownie y unas almendras muy ricas.

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Ahora si llegé a la ciudad de Córdoba, mi viaje había terminado.