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Tegui no quiere fotos en su restaurante

El mejor halago que nos puede hacer…
es poner su celular en silencio y guardarlo.
Guademos recuerdos, no fotos.

Lo que pasa en TEGUI queda en TEGUI.

2015. Lo que antecede es un fragmento de la carta del restaurante Tegui que muy sueltito de cuerpo da por sentado que ellos son quién para indicarnos como guardar nuestros recuerdos o, peor, que uno visita ese establecimiento gastronómico para «halagarlos» a ellos. O algo así, no sé. Lo cierto es que a mi juicio eso no es correcto y es una pena que deba ser yo quién se lo diga.

No pienso poner en tela de juicio lo que es o representa el restaurante Tegui, mucho menos lo que es o representa Germán Martitegui a quién no tuve la suerte de conocer. También aprovecho para aclarar que nunca fui y que se debe a la sencilla razón de que cuando estoy en Córdoba no puedo pagarlo, cuando estoy en Buenos Aires seguramente tengo compromisos y cosas por el estilo.

2007. Un joven formoseño comenzaba a plasmar en un blog sus experiencias gastronómicas, las mismas que desde hacía algún tiempo compartía en foros y reductos de la web. Informal, casi anónimo y casi sin lectores. Este joven, de presupuesto acotado, salía a comer por bodegones de barrio Güemes cuando todavía existían bodegones, cuando todavía no era una zona cool ni soñaba con ser la meca de los bartenders de barba con sponsoreo de marcas sino que era el lugar que rodeaba a la feria de las pulgas y no mucho más. El aquel entonces no existía Instagram por lo que los gatitos andaban sueltos por las calles y las cuestiones gastronómicas se anotaban con lapicera en un papel. En aquel momento, ese joven formoseño ya sacaba foto en establecimientos gastronómicos de lo que comía y más de una vez frente a descontento del propietario del lugar.

2015. Barrio Güemes ya no es un lugar de jipis sino un barrio cool que sale en revistas. Los bodegones desaparecieron dando lugar a tragos de colores con «verduritas» dentro, hombres de barba y botamangas ajustadas. Hoy los gatitos y las comidas en establecimientos suceden en Instagram o no suceden. Ese formoseño de presupuesto acotado lastimosamente ya no es tan joven y, peor aún, su presupuesto se mantiene acotado pero sigue recorriendo establecimientos gastronómicos fotografiando y compartiendo en ese modesto blog casi sin lectores. Ya no se mueve caminando por Nueva Córdoba y Güemes sino que las vueltas de la vida lo llevan mensualmente a recorrer Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe y otras provincias llevando adelante tareas de una vida terrenal que prefiere no detallar pero que son plenamente compatible con su cámara de fotos y el gustito por los restaurantes. Ahora, para el asombro de propios y ajenos, resulta que un día se entera de que…

…AY, TEGUI NO QUIERE FOTOS EN SU RESTAURANTE.

Si, Tegui, el mejor restaurante de Argentina no quiere que quién lo visite tome fotografías dentro del lugar y ahora créanme que ya no solo quiero visitar Tegui como a tantos otros restaurantes que tengo en mi lista de pendientes. Ahora quiero visitar Tegui y además tomar fotografías para compartirlas en mi modesto blog. 🙂

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