Pan lactal

Uno de los temas que mantienen en vilo a los Cuarteles de Mis Fotosecuencias es la eterna lucha entre las facciones de la sociedad que afirman comer las tapas de pan lactal y quienes sostienen exactamente lo contrario.

Las hipótesis en este sentido parecen infinitas, las voces se alzan tomando posición y el concenso parece estar cada día más lejos de nuestro alcance. La dureza del discurso de quienes afirman no comer las tapas de pan lactal parecen estar cargadas de furia y, porque no, odio y resentimiento. Pero una luz de esperanza se vislumbra al final del túnel y surgen mensajes como los de Milton:

Yo soy de esa gente que se come igual las tapitas del pan lactal, porque piensa que ellas tambien tienen sentimientos… [Link]

Y es así como nos devuelve la fé a quienes creemos que si deben comerse, pese a reconocer que no son de las porciones más agraciadas de dicha pieza de pan.

Ahora bien, ¿ustedes, que opinión tienen formada al respecto sobre si se comen las tapas o no? Dejo una pequeña encuestra para ayudar a esclarecer la cuestión y agrupar la voz de los lectores:

Desde este humilde blog, y tal como lo hiciera Fotanarrosa con las «malas palabras», quiero pedirles una amnistía para las tapas del pan lactal, integrémoslas a nuestra mesa.