De Qara se dice que atienden con cara de pocos amigos, que no preguntan que querés comer sino que solo sirven que y cuanto quieren que coman sus visitantes (generalmente la picada árabe), que el encargado es el dueño, también que no es el dueño sino un peluquero de la zona, que cuando él decide retira los platos así contengan comida, que muchas veces sirve más y se ofende si uno ya no quiere comer, que pese a ofrecer aguas y gaseosas en la carta hace lo posible para no venderlas al punto de que no tiene problemas de cruzarse en discunsión con clientes abstemios para imponer la cerveza como bebida de la mesa, que pese a tener los precios escritos en la carta al pedir la cuenta nunca coincide con lo consumido (en mis dos experiencias la diferencia jugó a mi favor), otros dicen que al pedir vino no lo toman de buena forma pero que si el comenzal va por cuenta propia a buscar el vino es bien visto…
En fin, se dicen muchas cosas, algunas ciertas y otras incomprobables.
Lo cierto es que Qara es un reducto ubicado en Paraná 206, en una de la zonas menos agraciadas del centro de la ciudad, donde se puede comer excelentes platos de la cocina árabe a un precio por demás accesible. Su caballito de batalla es la picada árabe libre($50) que contiene empanadas árabes, hommus, puré de berenjena, aceitunas negras, labne, pan árabe, keppe crudo y asado, niños envueltos y de postre namura (un bocadito hecho con sémola, harina, almíbar y nuez sumamente dulce y delicioso).
Además la picada árabe cuentan con otros platos en su escueta carta, por ejemplo, empanadas árabes abiertas o baklava que son deliciosos y sirven como alternativa para quienes no quieran comer hasta reventar.
La comida de Qara es muy buena. No me atrevo a decir que es la mejor en todos los platos que ofrece en la picada árabe pero si que es muy equilibrada y que sumada al contexto y precio convierte la visita al restaurante en una experiencia única digna de ser recomendada.
Tip: el nombre del lugar se pronuncia «cara«. Agenden, no les aconsejo comenzar con el pie izquierdo en su primera visita a este restaurante.