Vanina Chimeno es la cabeza al frente de María Antonieta, un restaurante que me gusta bastante y que visito con frecuencia en mis viajes a Mendoza, y supongo que a esta altura Francis Mallmann no necesita presentación por lo que mejor pasemos a lo que nos compete.
La pizzería Orégano funciona en Av. Mitre 1007 (esq. Rivadavía) desde el mes de diciembre de 2016. Es un restaurante de espacio reducido, buena ambientación, cocina a la vista en horno de barro, correcta atención, baño impecable y con acceso para discapacitados.
A primera vista Orégano es un lugar acogedor en el que da gusto compartir una comida.
Las pizzas de Orégano por Francis Mallmann y Vanina Chimeno
La carta es escueta pero muy bien planteada. La oferta de pizza se limita a cinco variedades predeterminadas pero con la opción de customizar las pizzas.
El rango de precio va de $280 a $340 en las predeterminadas. Quien decida customizar su pizza deberá pagar $280 más $42 en caso de agregar algún queso y de $8 a 42 dependiendo del topping que se use. La carta además tiene otras opciones entre ellas empanadas que decidí no pedir porque costaba $90 las dos unidades y quizás se mantengan a la altura de las pizzas pero me pareció desmedido el precio.
En mi visita a Orégano pedí la primer pizza de la carta que trae salsa de tomate, jamón serrano, cheedar, rúcula y queso feta ($330) que me pareció muy buena. Tanto la masa, la frescura de los ingredientes como la cocción realmente cumple sobradamente con lo que uno tiene para pedirle a una pizzería. Además, la pizza se sirve con un jarrito con salsa, aceite de oliva, hojas frescas de albahaca y orégano para que uno pueda seguir ajustando sabores al justo de cada comenzal.
En lugar de la típica cerveza que suelo pedir para acompañar las pizzas, esta vez pedí un Bonarda de Colonia Las Liebres ($188) que también estuvo muy bien.
Orégano por Francis Mallmann y Vanina Chimeno se suma con sobrados argumentos a la lista de restaurantes que hay que conocer cuando se visite Mendoza.