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Merienda en La Bonina

Un sábado que el frío serrano castigaba como pocas veces me encontró llegando a Río Ceballos para celebrar un evento familiar en la casa de té La Bonina.

Dada la importancia del evento, y contrariamente a mi costumbre, hice la reserva con día, hora y cantidad de asistentes. Bueno, pude hacer la reserva recién luego de enviar un mail al que indican en la página que terminó rebotando, contactarlos vía FP de Facebook sin respuesta, llamar sin éxito a un teléfono fijo que también figuraba en la página y luego a un celular que figuraba en Circuito Gastronómico que tampoco me dio respuesta. Fue recién allí cuando, si mal no recuerdo, desde otro teléfono me devolvieron la llamada y tomaron la reserva.

Si bien confieso que llegué con cierto temor por las idas y vueltas a la hora de reservar y porque dado que era un evento familiar no contábamos con margen para el error, al llegar la realidad se encargó calmar los ánimos.

La Bonina nos recibió con una pizarra saludando por el evento. Adentro nuestra mesa esperaba lista con adornos conmemorativos y una persona que nos atendió como pocas veces en mi historia de salir a comer en Córdoba. Al ubicarnos en nuestros lugares, y mientras esperábamos a la segunda parte de la comitiva familiar, nos contó sobre diversos tipos de té mientras ofrecía muestras para poder identificar a los diversos aromas. Todo eso mientras cuidaba hasta el último detalle e incluso ofrecía entretenimiento adicional para la niña de la mesa con el fin de que nos sintiéramos realmente como en casa.

Al completarse la mesa y luego de leer detenidamente la carta, ordenamos. En  mi caso pedí Irish tea, té negro Ceylon (Sri Lanka) y té negro clásico del sur de China con chocolate amargo, cascarilla de cacao de Centroamérica y aroma ahumado a whisky ($19) con un Conjuro de chocolate, pequeño cupcake de brownie de chocolate semi-amargo con dulce de leche, crema y nueces ($35). En realidad lo pedí bajo el nombre de Merienda La Bonina que se compone de té en hebras o café, porción de torta y jugo de naranja por $60.

Pasando por alto que el tamaño de mi cupcake no llegaba a ser la mitad del resto de las porciones, la merienda estuvo muy bien en todo sentido. Tanto la calidez del lugar, la excelente (y repito, excelente) atención como pocas veces vi en Córdoba como la calidad de lo que se consumió hizo que la experiencia sea tan buena que no daba ganas de terminar la merienda. Tal es así que nos demoramos tanto que en un momento la gente del lugar se acercó a ofrecer de gentileza algunos té para que degustemos en grupo a modo de gentileza.

Al finalizar la merienda, en la caja dejaron en claro que son parte de la imposible misión de pagar con tarjeta en Córdoba pero por suerte habíamos tomado la precaución de llevar efectivo. De todas formas, esto no opaca la experiencia y sin dudas me parece correcto decir que La Bonina es un lugar por demás recomendado para compartir una merienda en familia.

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