Los argentinos que leen este blog seguramente, en algun momento de sus vidas, han leído el Martín Fierro. Por gusto u obligación. Antes o después pero todos lo leemos en algún momento. Los que no lo leyeron, sean argentinos o no, anotenló  en la lista de pendientes porque vale la pena.
Muchas de las escenas se desarrollan en pulperías pero, ¿Que son las pulperías?

La Nación, Alejandro Maglione mediante, publico un fantaboluso artículo:
Pulperías: toda la verdad

Denominación. ¿De dónde viene la denominación de «pulpería»? Para el erudito Roberto Elissalde (asesor imprescindible en estos menesteres) la cosa sería así: Algunos atribuyen el origen del nombre a que los pulperos (propietarios de estos establecimientos) eran verdaderos «pulpos», (el mismísimo diccionario de la Real Academia Española reconocer este origen). Para otros, viene de «pulquería» o lugar donde se toma pulque, que es una bebida (mexicana) parecida al aguardiente.

Tiene su origen en las primeras épocas de la colonia (en marzo de 1600 el cabildo porteño impuso a un pulpero una multa de 8 pesos por haberle vendido vino a indios y negros).

Hay dos corrientes explicativas: los «americanistas» que hacen derivar el nombre de la voz mejicana «pulque» o de la mapuche «pulcu»(en esta corriente estaba Don Juan Manuel de Rosas); los «hispanistas» que se apoyan en el latinismo «pulpa». En el primer caso, aunque no nos guste, es poco probable, dado que el contacto con el indio como para incorporar vocablos fue muy posterior al 1600, cuando definimos que ya se conocían las pulperías. En cuanto a la denominación española, «pulpear» era comer bien, por llamar pulpa a la carne (como no deseo problemas con los uruguayos, añado que en el Uruguay se usa esta expresión para el comer la carne sin hueso). Pero volviendo al vocablo mejicano, «pulpear» era tomar aguardiente de maíz, que se elaboraba por la fermentación de la pasta machacada del maíz, que llamaban «pulpa». Así que probablemente, de la conjunción de estas dos voces derive el término «pulpería».

Esto es solo un pequeño estracto de la genialisima nota de La Nación: Pulperías: Toda la verdad.