Como bien conté en el post anterior, el jueves fui a ver el Festival de Doma y Folklore que se realiza en la ciudad de Jesús María. Tuve la suerte de verlo desde la carpa VIP instalada allí por la gente del Fernet 1882, donde nos sirvieron empanadas y fernet hasta el cansancio.
Ya de vuelta a mi hogar, en una actitud netamente cristiana, sucumbí a la tentación y caí en las garras de belcebú. Quien, en estos pueblos serranos, suele presentarse en forma de choripán, chivitos y otras pero siempre sobre una parrilla, bien adobado con chimichurri y, por supuesto, ardiendo sobre brasas.
Claro, como todas las puertas de entrada al infierno, esta, también es facil de vulnerar. Solo basta con entregar unas chirolas a quien oficie de regente, elegir uno de los panes previamente calentado y ya con verduras…
…optar por uno de los tanto chorizos criollos que yacen sobre la parrilla.
Agregar mucho chimichurri.
y voilá!!!
Cualquier parecido con una patada ninja al centro del hígado, es mera coincidencia.