Antes de seguir con la reseña permitanme traer a la mesa un dato de color sin intención de sumar karma ni de meter presión a nadie pero Nadia Haron, chef y propietaria del restaurante, es nacida en España, puntualmente en San Sebastián, la ciudad con mayor número de Estrellas Michelin por metro cuadrado y la segunda por cantidad de habitantes luego de Kyoto en Japón. Nada más que agregar, solo ese dato y volvamos a lo nuestro.
El restaurante funciona en la misma propiedad que Winery, en pleno centro de la ciudad pero en un patio interno alejado del ruido. Presenta una propuesta de seis pasos [entrada y principal a elección, el resto predefinido] maridados con cuatro vinos de la Bodega O. Founier que avanzan en complejidad conforme lo requieren los platos. La atención es correcta, los baños mantienen la higiene, los platos son de autor y se cambian cada semana.
La carta del restaurante no está publicada pero se envía por correo a quién la solicite. Esto es debido a la dinámica de cambiarla todas las semanas y a que prefieren mantener el factor sorpresa en sus comensales. Visité Nadia O.F. a fines de septiembre, el menú de esa semana fue:
Aperitivo
Kebab con curry
Helado de «Ajoblanco» con sopa de Gazpacho y polvo de jamón
Entrada
Roll de manzana y morcilla con jugo de soja
Principal
Risotto de noisette con huevo a baja temperatura y hierbas frescas
Postre
Leche merengada
Lemon curd
Llegue al restaurante tras una cadena interminable de mails y desaciertos en términos de agenda/viajes/etc que hicieron que no pueda saludar personalmente a la propietaria pero de todas maneras aprovecho para recomendarlo porque es uno de esos lugares a los que todos deberíamos ir alguna vez en la vida, es un restaurante que vale la pena vivir la experiencia. Tomo las palabras de Marcos Abihaggle, Nadia O.F. es un restaurante donde solo tenes que «crearte el entorno y dejarte ir«.