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Degustación de pescados y mariscos en Alma Belén

Se va cerrando el año 2012 pero por suerte me dio tiempo para tachar un lugar más en mi lista de pendientes. Esta vez, con el último impulso del año fui a conocer Alma Belén.

Almá Belén es un restaurante de cocina de inspiración, tal como se autodefine, que funciona al 644 de calle Baigorrí en barrio Alta Córdoba. Si, en el mismo caserón donde funcionó hace algunos años Mestiza un tan curioso como fugaz emprendimiento que intentó sin mayor éxito darle una vuelta de tuerca gourmet al tradicional lomito cordobés.

Llegué al restaurante pasadas las 22 horas, sin reservas como de costumbre y con altas espectativas debido a todas las recomendaciones que recibí del lugar. El salón estaba lleno. Las pocas mesas vacías estaban visiblemente reservadas pero me invitaron a cenar en el patio o al menos a esperar allí unos 5 minutos leyendo la carta. Si bien no estaba dispuesto a cenar en el patio, no ví con mal ojo la idea de tomar asiento y leer la carta para ir ganando tiempo.

Mientras la moza traiga las cartas ( de platos y de vinos) otro caballero direccionaba dos ventiladores para amenizar mi espera. Promediando mi  lectura, me invitaron a pasar al salón.

Ya en el salón principal terminé con la lectura pero con la desición tomada desde un principio: Menú degustación de pescados y mariscos.

El appetizer no tardó en llegar. Tres casuelitas con frutos de mar, crema de morrón y verduras en escabeche que acortaron la espera.

La degustación dio su primer golpe con las entradas:

Llegó el momento del golpe certero con los principales:

El cierre sin lugar a dudas mantuvo el nivel:

Sin dudas, el lugar tanto como la atención Alma Belén me parecieron muy buenos y la propuesta gastronómica superlativa.

¿Tiene algunas cositas por mejorar? Si, seguro que si… diría que me parece abismal la diferencia entre el salón y el patio (al punto que de haber terminado de leer la carta y no tener lugar adentro me hubiera retirado), a mi juicio hubo más barrullo del que me gusta, me pareció ver algún que otro cabello dando vueltas por ahí y, creo, repito CREO, que no eran míos. También me tocó una copa con el borde astillado que también me hizo ruido y hasta me parece un tanto peligroso. Pero nada que opaque el resto de la experiencia que, reitero, es verdaderamente excelente.

Precios:

Alma Belén cuenta con wifi, no cobra cubiertos y aceptan tarjetas, ¿que más se le puede pedir?

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