Okami Sushi es un establecimiento gastronómico de Villa Allende que días atrás hizo pública una suerte de carta donde «abre el paraguas» frente a la figura del crítico gastronómico y a críticas que pudieran realizarles. A mi juicio, el texto busca el camino más corto y apunta los cañones a desacreditar a cualquiera que se le ocurra emitir juicio alguno sobre su forma de trabajar, sus productos, su manera de ver el negocio… etc.
Para estar alineados les ruego presten atención a lo que dice Diego López, co-propietario del lugar, en: LEER CRÍTICA GASTRONÓMICA.
Otro dato más, el día 30/09 Okami Sushi recibió una dura crítica en una conocida columna periodística, la más importante de Córdoba quizás. Dicha crítica fue respondida en los comentarios de la nota tanto como en la página de Facebook que administra el restaurante. No linkeo la nota ni la respuesta porque la intensión de este post es charlar sobre la carta que habla en líneas generales y está linkeada en el párrafo anterior, no la de cerrarme en un hecho puntual del que claramente soy ajeno.
En lo personal, siempre leo y trato de presenciar todo tipo de clases relacionadas a la gastronomía por simple gusto personal. El mismo gusto personal que me motivó a abrir este espacio hace ya algunos años y que tantas satisfacciones me dio pero, sinceramente, no creo que sea el momento de mencionarlas. Lo cierto es que no estudié gastronomía y no estudié periodismo como para escribir aquí ni en ningún otro lado donde colaboré oportunamente, y también es cierto que conozco mis limitaciones en ambos terrenos. ¿Tengo algún tipo de formación académica? Si, la tengo y poco tiene que ver con hablar de gastronomía y mucho menos con hacer reseñas de restaurantes. En otras palabras soy opinólogo en la materia y como tal voy a opinar.
Luego de leer a Diego López se me vienen algunas ideas que las voy a vertir desordenadas como se me presentan:
- ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Diego hace referencia a la «acreditación del crítico» y claro que es un tema importante. Pero no creo que solamente una persona con todo lo que detalla allí pueda hacer una buena crítica y por supuesto a la inversa. Con ese criterio nunca nadie más podría hablar en público de un restaurante y se extinguirían los buenos críticos que, dicho sea de paso, en algún momento también fueron nuevos.
- Habla de los críticos que llegan a fuerza de imposición. ¿Realmente alguien piensa que un medio importante mantiene un inepto por años? Si son tan fáciles de remplazar dado su mediocridad y lo barato que cobran, ¿Por qué uno de los medios más importantes del país lo conservaría por años en sus ediciones tanto de papel como en la digital?
- Antón Pirulero, cada cual que atienda su juego. Si hablamos de que solo los críticos con libros escritos y la mar en coche pueden opinar de gastronomía, ¿puede un cheff opinar sobre cómo hacer periodismo?
- Profundidad de fundamentos y lenguaje gastronómico. ¿Una persona que escribe para un medio equis debe poner toda la carne al asador en cada texto que escribe o debe publicar con un lenguaje y profundidad acorde a los lectores del medio?
En otras palabras, Diego, quien en todo momento parece hacer hincapié en que cada uno haga solo lo que sabe a la perfección, también parece dar lecciones de periodismo o de cómo y quién debe publicar que cosa referido a la materia que domina. Y digo materia que domina porque simplemente confío en su firma, sin exigir que traiga a la luz los libros de cocina que lleva escrito pero sin desacreditarlo solo por el hecho de que soy yo quién no conoce su curriculum. Es decir, confío en su capacidad solo por la convicción con la que se lo ve pelear contra los molinos de viento.
¿Con esto quiero decir que está mal que Diego López defienda su trabajo? No, claro que no está mal que defienda su trabajo y su profesión. Solo que tampoco creo que lo justo para defender un trabajo sea desacreditar a otro.
Lo que intento decir es que la solución para erradicar al canibalismo nunca debe ser la de intentar comerse al caníbal.