La cena fue un tanto particular porque la barrera idiomática me jugó más en contra que nunca. Los dueños de casa hablan en un idioma oriental, francés y algo de inglés pero, como dice el humorista Landrisina, con el paladar acomodado para hablar otro idioma. Yo apenas manejo un inglés «Carlos Tevez level II». La carta estaba en su totalidad escrita en oriental con algunas traducciones al inglés y pocas fotos. Planteado el escenario demás está decir que pedí para cenar lo que pude, googleando un poco y mirando las pocas imágenes que tenía a mano.
En primera instancia, a modo de entrada pedí Raviolis de poulet grillés maison, 5.9 euros, que me parecieron realmente excelentes al punto de que estoy tras los pasos de una receta para poder emularlos en la tranquilidad de mi hogar.
Como plato fuerte pedí Délice de Tranches de poisson, 10.9 euros. Un pescado que no entendí cual, pese a los intentos de la gente del lugar por explicarme usando el traductor del iPhone, con una salsa un tanto dulce acompañado de arroz blanco. Toda la cena se acompaño con un vino Chapelle de Barbe 2009, 10 euros.
Todo estuvo realmente rico por lo que si alguno anda caminando por Montmartre, demás está decir que les recomiendo pasar por Carnet de Route a cenar.