No soy un seguidor de los postres. O mejor refurmulo, no era un seguidor de los postres ya que de un tiempo a esta parte comencé tímidamente a sumarlos a mi mesa. Aunque puedo tranquilamente prescindir de ellos lo cierto es que son cada vez más frecuente para mi.

Al discurso de que no como postre lo uso en general y sin ponerme a reparar entre cuales me gustan más y cuales quizás no tanto pero no dudo en recomendar cuando uno me parece muy bueno, tal es el caso del que nos sirvieron en Guantanamera hace pocos días atrás.

Hoy mientras escuchaba una entrevista a Francis Mallmann los miembros del programa radial abrieron el juego a una encarnizada lucha acerca de un tema del que no tengo posición tomada: ¿puede la fruta ser un postre?

El debate se armó. Se alzaron las voces y surgieron tantos argumentos a favor como en contra de las dos posturas. Para el ejemplo me quedo con una, la de Francis quién rápidamente tomó posición bajándole el pulgar a la fruta como postre. Al momento de justificar su postura lo hizo diciendo:

Yo con los postres tengo una teoría, comes frutas todo el mes, el día que comes un postre te querés «comer todo».

Algo de razón tiene. Pero también fue él quién dijo que hay personas que cuidan mucho su alimentación y consideran esta opción como válida a la hora de elegir un postre y algo de razón también tienen.

Así es como una vez más me encuentra un tema de hondo contenido sin poder tomar posición. Para ustedes la fruta es o puede ser un postre, ¿yes or no?