Visita a Cundeamor

Todo con un inconfundible sabor casero, casi casi de certificación “gusto a comida de mamá o de la abuela”.

De esa forma describía Dayana, en diciembre de 2009,  los productos de un restaurante que por el momento era algo nuevo para mi pero sonaba tentador. El tiempo pasó y las vueltas de Twitter hicieron que terminemos intercambiando tweets casi a diario con Paula, cocinera, propietaria y ninja residente del lugar, quién en cada tweet demuestra su pasión por lo que hace.

Todo esto, sumado a la recomendación de Mario, otro aficionado al jueguito de disfrutar de lo que se come/cocina, hacían que la visita a Cundeamor salte unos casilleros en la lista de pendientes y se ponga en la gatera para la próxima vez que vaya a comer a afuera.

Ya con la decisión tomada y un almuerzo pendiente con @pensalo, solo había que girar las velas de mariscos, menú original, y direccionarlas rumbo al nuevo objetivo y así fue:

Almuerzo de viernes en Cundeamor:

Llegamos a a Richieri 2716 bastantes minutos más demorados de lo planificado pero afortunadamente enganchamos la cocina abierta y pudimos comer.

El lugar.

Cundeamor cuenta con un salón chico, completamente rodeado de vidrios que permiten disfrutar de luz natural en una escenografía ambientada como un viejo almacén. Capacidad para pocos cubiertos y una atención descontracturada fueron algunas de las impresiones que grabe de esta visita.

La comida.

En esta oportunidad, todos los de la mesa nos inclinamos por unos de los menues propuestos para el día. Pastas..

Visita a Cundeamor

y de postre una copa de selva negra…

Visita a Cundeamor

…y ahora, bien, pese a reconcer que llevé cámara de fotos, no pude tomar fotos como la gente de los platos, ni anotar nombres/importes exactos del menú ya que la charla tiró para otro lado pero vamos con lo que recuerdo…

… pasta casera, que hace honor a la afirmación de Dayana citada al comienzo del post y un postre que, pese a no ser un amigo de lo dulce, me pareció excelente y no tuvo nada que envidiar al plato principal.

Mi balance, positivo, muy positivo. Los que sigan el blog, sabrán que me declaro totalmente en contra de visitar franquicias y lugares de comida estandarizada con gusto a nada (o plástico en el mejor de los casos), por lo cual, encontrar un lugar donde todo es casero, donde podemos ver como y quien lo hace, creo, lo ubica entre los 5 mejores lugares que visite en Córdoba… ya habrá tiempo para pensar en que puesto pero estoy seguro que entre esos está.

Lo malo. Al no ser un seguidor de lo dulce, no presté atención al postre y me olvide de probar la recomendación de Mario, un «algo» de aceite de oliva y chocolate, que supongo será la excusa para volver…